martes, 4 de diciembre de 2007

A modo de entrantes

Para preparar el paladar siempre es conveniente, algún entrante delicado. Un sabor que incite la imaginación y altere los jugos gástricos preparándolos para los manjares que se avecinan. O no. A lo mejor ciertos platas son demasiados fuertes para paladares delicados y producen indigestión; si esto ocurre consulte es que difimos en los ingredientes, en los sabores, en la forma de abordar la resolución correcta del menú.
De momento empiezo por estas frases culinarias, pero esta bitácora no versa sobre cocina sino sobre sentidos y luchas, como su nombre indica. De sentidos y experiencias, de emociones de todo lo humano que nos hace tan especiales tan diferentes y a la vez tan comunes, lo cual es maravilloso. Y esto, ciertamente debemos decirlo susurrando, con pequeños murmullos, arrastrando las sílabas con con ese aire entrecortado que nos sale cuando queremos hablar flojito. Y de lucha; sí, de denuncia, de grito al viento para que se propague extendiendose a todos los lugares susceptibles de escuchar, de escandalo público y colectivo sin restricciones. Pero sobretodas estas cosas de risa de carcajada, que es la mejor arma con que luchar el humor desnuda a los cretinos y este mundo esta plagado de impresentables con traje.

Les invito a reir conmigo. De un continente a otro, sin la necesidad de tener un oceáno por medio.

Esta es mi presentación.